¿Cuánto te pagaron por renunciar a tus sueños?

En épocas de crisis como esta que nos está tocando vivir lo más difícil es ver  las oportunidades, solo nos preocupamos pero no nos ocupamos de nuestros problemas

En este post quiero compartir contigo una escena de la película Up in the Air. La película trata de la vida de Ryan, un empleado de una compañía  y su trabajo consiste en dejar sin trabajo a los demás… labor difícil no?

En esa escena veremos algo de coaching y el uso de uno de sus instrumentos de trabajo: las preguntas poderosas.

El coaching es una herramienta poderosa, lo digo desde el sentido de que si lo has aprendido (y en esto hay una fase previa de desaprendizaje) lo puedes utilizar en distintos entornos sociales: familia, compañeros de trabajo, amigos, peña futbolística, etc.

Una de los instrumentos de trabajo de un coach son las preguntas que son como contraposición al consejo, instrucción u orden, una herramienta que desarrolla la conversación entre coach y coachee.

Las preguntas invitan a la observación, reflexión y aprendizaje. Las preguntas que realiza un coach son preguntas poderosas que elevan la conciencia y la responsabilidad. Son preguntas abiertas que fuerzan a las personas a pensar por si mismas en cambio las preguntas cerradas las libera de tener que hacerlo.

Las preguntas abiertas requieren respuestas descriptivas que propician el desarrollo de la conciencia, de las observación y la reflexión sobre un asunto o situación, mientras que las cerradas son demasiado limitadas ya que las repuestas de sí o no nos cierran la puerta a  la observación de más detalles y de otras perspectivas.

Algo importante de saber es que las preguntas deben seguir un proceso de lo general a lo particular, comenzar de una manera amplia para ir concentrándose cada vez más en los detalle. De esta manera se mantiene la concentración y el foco en aquellos aspectos que pueden ser importantes y podrían pasar inadvertidos.

Esto no quiere decir con el coach establezca la dirección de las preguntas, si lo hiciera estaríamos hablando de un interrogatorio con un guión pre-establecido por parte del coach, lo cual disminuiría el interés y la responsabilidad del coachee. Las preguntas no pueden prepararse de antemano, esto interrumpiría el flujo, la espontaneidad de la conversación, y la conversación debe fluir.

El líder-coach debe permitir que el colaborador elija y explore los aspectos que para él tengan más importancia. Si lo hace así, será mucho más consciente de las posibles alternativas de solución. Sin embargo, el coach puede presionar y ponerse incómodo cuando detecte aspectos que el coachee está eludiendo o no ha mencionado, ¿qué razón hay para que no lo haya hecho? ¿existe alguna limitación? ¿algún punto débil? A medida que esta limitación se va haciendo consciente, se va elevando la conciencia sobre ella, la sensación de malestar se reduce y las alternativas y posibilidades de cambio se acrecientan.

Otra condición que deben reunir las preguntas eficaces en coaching es que no deben llevar una respuesta implícita, es decir, que en la propia pregunta se entrevea lo que el coach espera oír o un juicio sobre el comportamiento del coachee: ¿cómo es posible que pasaras por alto este punto?

Ahora si, lo prometido: En la siguiente escena, que trascurre en una de las tantas visitas de trabajo, verán como el personaje de Ryan conduce a Bob (un futuro parado) a ver el despido como una oportunidad haciéndolo entrar en un aprendizaje de sí mismo a través de las preguntas poderosas:

Espero que esta escena y este post te sirva de ayuda.

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