Este año, el cine español no ha premiado películas, ha premiado verdades. Verdades que incomodan, que nos sacuden y que nos obligan a reflexionar. En un mundo que cada vez va más rápido, donde el entretenimiento se consume y se olvida, estos Goya nos han recordado que el cine sigue siendo un acto de resistencia.
Y si algo ha quedado claro, es que:
El cambio no se pide, se toma.
Aquí las cinco grandes lecciones de esta edición:
🔥 1. El cine se reinventa o muere
Vivimos en la era del contenido exprés, donde todo es rápido, fácil y ligero. Pero Casa en llamas, la gran ganadora de la noche, ha demostrado que el cine todavía puede ser profundo, incómodo y necesario.
Albert Serra nos ha lanzado un golpe directo al estómago con esta historia sobre la desesperanza en un mundo que se desmorona. Y Emma Vilarasau y Alberto San Juan han dejado claro que una interpretación brutal vale más que mil efectos especiales.
Pero lo más impactante fue cuando Serra recogió su premio y soltó una frase que encendió las redes:
«El cine no es un producto, es un acto de rebelión.»
🌍 2. Diversidad sin cuotas, historias que duelen
Si el cine es un espejo de la sociedad, estos Goya nos han mostrado una imagen más real que nunca.
El 47 nos metió en la piel de un inmigrante atrapado en un sistema que lo aplasta, con una interpretación desgarradora de Salva Reina. Pero lo verdaderamente poderoso fue el mensaje que lanzó el director al recibir el premio:
«Si creéis que esta historia es una exageración, es porque nunca habéis tenido que cruzar una frontera.»
Y eso es lo que el cine debe hacer: despertarnos, sacarnos de nuestra burbuja y obligarnos a mirar de frente lo que muchos prefieren ignorar.
💥 3. El talento femenino no es moda, es revolución
Cada vez que alguien dice que el feminismo en el cine es “imposición”, aparece una edición como esta para callar bocas.
Desde Laura Weissmahr con Salve María, hasta la dirección magistral de Carla Simón en Año Cero, las mujeres no solo han arrasado en los premios, han dejado claro que han llegado para quedarse.
Pero el momento más poderoso de la noche fue el discurso de Aitana Sánchez-Gijón al recibir el Goya de Honor:
«No temáis a la cultura, temed a los fanatismos y a los nuevos imperialismos. A quienes quieren decirnos qué historias se pueden contar y cuáles no.»
El cine no es neutral. Nunca lo ha sido. Y este año las mujeres han demostrado que no necesitan permiso para contar su historia.
🎭 4. El cine no solo entretiene, también combate el olvido
Pedro Almodóvar nos ha dado muchos clásicos, pero con La habitación de al lado ha hecho algo más: nos ha obligado a recordar.
Esta historia sobre la soledad y las heridas que nunca cierran nos dejó en silencio. Pero su mensaje más fuerte no estaba en la película, sino en su discurso:
«Nos están quitando la memoria. Nos quieren distraídos, nos quieren sumisos. Pero la cultura sigue aquí, recordando.»
En un mundo donde todo se consume y se olvida en segundos, el cine sigue siendo un refugio, una trinchera y una advertencia.
🎬 5. La industria no puede seguir ignorando la crisis climática
Hubo muchas películas impactantes este año, pero una en especial puso sobre la mesa un tema que ya no podemos postergar: la crisis climática.
Última llamada de Jonás Trueba se llevó el Goya a mejor documental, y su mensaje fue claro: el cine no puede seguir mirando hacia otro lado mientras el planeta arde.
Su directora de fotografía, al recoger el premio, lo dijo sin rodeos:
«No sirve de nada hacer películas sobre el futuro si no nos queda futuro.»
Cada vez más cineastas están incorporando la sostenibilidad en sus rodajes, pero ¿es suficiente? Este Goya ha dejado claro que la cultura no puede quedarse en el discurso, tiene que liderar el cambio.
💬 ¿Y ahora qué? Los Goya 2025 no solo han premiado películas, han lanzado un mensaje: el cine sigue siendo resistencia.
¿Cuál de estos discursos te ha impactado más?
¿Qué historia crees que el cine debería contar ahora?
Os leo en los comentarios. 👇🔥
