En el 2006 fui uno de los primeros en certificarme como Certified Associate in Project Management (CAPM), certificado del Project Management Institute (PMI) que ciertamente me abrió una perspectiva nueva de carrera en la gestión de proyectos en el Perú.
En el 2007, el PMI Capítulo de Lima me invitó como ponente al I Congreso Nacional de Gerencia de Proyectos para realizar una exposición sobre las ventajas de la certificación CAPM. Recuerdo lo emocionado que estaba, pues no era para menos porque con 24 años ya tenía que exponer en un congreso nacional frente a más de 50 personas. Y con la motivación que conlleva este tipo de retos me preparé una presentación eficaz siguiendo la regla del 10/20/30 tratando de tener un buena presentación. Recuerdo que en la primera diapositiva puse la frase siguiente:
Una vez un muchacho llegó a un campo de leñadores en las montañas en busca de trabajo. El capataz vio que el muchacho prometía y lo contrató.
Durante su primer día, trabajó arduamente y como resultado, cortó muchos árboles.
El segundo día, trabajó tan arduamente como el primero pero, su rendimiento fue apenas la mitad que el primer día.
El tercer día se propuso mejorar su rendimiento. Puso todo su empeño y fuerza en dar hachazos contra los árboles, pero no sirvió de nada.
El capataz, viendo los resultados del trabajo del joven leñador, le preguntó, «¿Cuándo fue la última vez que afilaste tu hacha?»
El joven le respondió, «No he tenido tiempo de hacerlo; he estado ocupado cortando árboles».
Seguir talando o afilar el hacha?
Si alguna vez estuvo en una sesión de capacitación corporativa, lo más probable es que haya notado que sus colegas directores de proyectos llegan tarde, o a veces ni siquiera asisten. La excusa es frecuentemente, “La presión en este proyecto es tan alta que se hace difícil hacer tiempo para capacitaciones”.
En mi experiencia, los directores de proyectos que eligen trabajar antes que capacitarse, con frecuencia esperan lo mismo de los miembros del equipo. Entonces, cuando un proyecto está en proceso, el aprendizaje se detiene. Pero aquí hay una idea: la mejora de las habilidades y la ejecución de un proyecto pueden – y deben – suceder en tandem.
Considere estos dos escenarios:
- El director de proyectos se enfoca en la ejecución e ignora la capacitación
- El director de proyectos se enfoca en la ejecución y en la capacitación
En el mundo de hoy, tan rápidamente cambiante, es necesario mejorar las habilidades constantemente, más allá de lo que se puede aprender en el trabajo, para superar futuros desafíos. En el primer escenario, el director de proyectos consistentemente pierde oportunidades para mejorar habilidades. Después de algún tiempo, la organización encuentra difícil proveer tareas mejores y más desafiantes debido a la carencia de habilidades. La organización probablemente perderá un director de proyectos muy frustrado. En el largo plazo, tanto la organización como el director de proyectos están en una situación de perder-perder.
En el segundo escenario, el director de proyectos no sólo se centra en la ejecución eficiente sino que también se prepara a sí mismo y a los miembros del equipo para los desafíos actuales y futuros. Por falta de tiempo, esta es la opción más difícil para un director de proyectos, pero es también el más gratificante. La clave es el desarrollo de un plan que combine el aprendizaje y la ejecución.
Por ejemplo, un director de proyectos puede inscribirse en una sesión de capacitación que no le permite a estar en su lugar de trabajo. Esto obliga a ese director de proyectos a delegar sus tareas a los miembros del equipo. A su vez, los miembros del equipo tienen la oportunidad de liderar el proyecto durante la ausencia del director – y experimentar y aprender lo que van a hacer en el futuro. El resultado neto es un efecto cascada positivo que mejora las habilidades de todos los que son parte del proyecto.
Un plan simple para empezar:
- Evaluar los roles y las responsabilidades de los miembros del equipo – el suyo incluido – transcurridos seis meses o un año.
- Identificar las habilidades que se requieren para llevar a cabo esos roles y responsabilidades.
- Trazar un mapa de las habilidades existentes e identificar las brechas para todos los miembros del equipo.
- Preparar un plan de capacitación para cada miembro.
- Construir una agenda de capacitación general que se ocupe de las ausencias individuales mientras los miembros del equipo completan su entrenamiento. Esta agenda debería conectar las brechas de habilidades causadas por los miembros ausentes.
Con un programa de capacitación firme, usted y los miembros de su equipo pueden sentir tranquilidad al asistir a las capacitaciones. Y puesto que las sesiones de capacitación mejoran directamente las habilidades de todos los roles, todo el mundo puede alimentar al proyecto con sus nuevos conocimientos.
¿Usted prioriza la capacitación sobre la ejecución, o viceversa?
¿Cómo garantiza usted el avance de sus habilidades de cara al trabajo en proyectos?
… afila tu hacha!