Un año más la entrega de los Oscar no ha dejado a nadie indiferente aunque esta vez no ha sido por bofetada alguna.
Este post no entrará en detalle de dicho certamen – me refiero a evaluar la alfombra roja o las películas en si – pero me ha dado pie a centrarme en tres de los premiados que no han dejado indiferente a nadie, ya sea por sus respectivos discursos o por lo que representan.
Mi reflexión está divida en tres partes:
Resurgir es más que posible
Todos recordamos a Brendan Fraser de las películas George de la Jungla o la trilogía de La Momia. Actor peculiar con aires de don juan seductor pero a la vez bobalicón. Tenía buen futuro en el cine pero un día desapareció del radar.
Un divorcio y una demanda fueron suficientes para que Brendan entrará en una fuerte depresión y un círculo sinfín de dejadez y auto-destrucción.
Tras 30 años alejado del cine y tras una oportunidad (de esas que muchos de nosotros buscamos) no solo ha demostrado a los demás que sigue siendo buen actor sino que se ha demostrado a si mismo que aún sirve para ser actor que es lo más importante. Ha regresado no solo con fuerza sino con la experiencia y madurez que tienen las personas que han sufrido mentalmente y que han tocado fondo y que pese a ello salen de ese pozo sin fondo que todos creemos que nunca se puede salir resurgiendo.
Hace un par de días mi hijo de seis años y medio cogió mi móvil y me borró un perfil de una aplicación por el simple toqueteo y se puso muy triste porque no tenía solución, casi al borde de las lágrimas.
Le recordé algo que me enseñaron de pequeño y que trato de enseñarle a él, a los que están a mi alrededor y aún más a mi familia:
«Todo tiene solución salvo la muerte».
Y esto último hasta que descubramos una forma de alargar nuestra vida. Esta es una de mis frases cliché que intento se le grabe a fuego porque a mi me ha servido de salvavidas en más de una ocasión de pensar que todo está perdido o que no hay salida. Siempre lo hay. A mi hijo le repito – y su madre también lo hace – que siempre, siempre estaremos ahí si alguna vez piensa que no tiene salida o algo no tiene solución porque aquí lo importante también es que internalice que nunca estará solo.
Porque resurgir no es que sea más que posible sino que es el curso natural que sucede cuando se toca fondo; porque en algún momento si se está en uno se tocará el fondo para desde ahí impulsarnos hacia arriba nuevamente y dependerá del impulso nuestro y de otros que nos ayuden hasta donde lleguemos a salir.
Hay que creer en los sueños
Todos los que hemos disfrutado de los 80s recordaremos a Ke Huy Quan – quien acaba de ganar el Oscar a mejor actor de reparto – como Tapón en ‘Indiana Jones y el Templo Maldito’ o como Data en ‘Los Goonies’.
«Los sueños son algo en lo que hay que creer, y yo casi renuncié a los míos».
Ayer cuando recibió la famosa estatuilla dió su discurso de agradecimiento – etiquetado como el mejor discurso de la gala – porque no solo les dió donde les gusta a los americanos al hablar del tan famoso ‘sueño americano’ sino porque fue sincero, lleno de emoción y cargado de esa ilusión que olvidamos al hacernos adultos: al de creer en los sueños.
«A todos los que estáis ahí: seguid soñando, mantened vuestros sueños con vida. Gracias por darme esta nueva bienvenida. Os quiero. Gracias.»
En su dura infancia tuvo que lidiar con el éxodo de Vietnam tras dos intentos fallidos de huída de la zona de conflicto, estancia en campo de refugiados y su subsecuente asilo político. Aunque tras ello comenzó a radicar en California donde Spielberg le cogió para el papel de Tapón en ‘Indiana Jones y el templo maldito’ y tras un año como Data en ‘Los Goonies’. Tras ello se le perdió la vista frente a las cámaras aunque él se siguió formando detrás de cámaras.
Nunca es tarde
«Señoras, no dejen que nadie les diga que ya han pasado su mejor momento»
Dijo Yeoh, que a sus 60 años era la nominada de más edad en la categoría de mejor actriz, aunque otra mujer de 64 años también ganó la estatuilla en la categoría de mejor actriz de reparto.
Para todos los niños y niñas que se parecen a mí y que me están viendo esta noche, esto es un faro de esperanza y posibilidades»
El discurso de Michelle Yeoh viene a reinvindicar el duro trabajo que tienen dos segmentos de la población como son las mujeres y los mayores de edad a la hora de conseguir mejores condiciones en general como mejores oportunidades laborales.
También viene a decirnos que nunca es tarde para conseguir algo. Un proyecto, un empleo, un premio. Nunca es tarde. Que siempre habrá oportunidades que nos abrirán determinadas puertas que harán que nos desarrollemos en la dirección indicada. Y que si no se logra es porque aún no ha llegado nuestro momento.
Conclusión
En conclusión, la entrega de los Oscar de este año ha sido emocionante y ha dejado a muchos sorprendidos por los discursos y los premiados. Tres de los premiados en particular han destacado por sus mensajes: Brendan Fraser, quien ha demostrado que es posible resurgir incluso después de tocar fondo; Ke Huy Quan, quien ha recordado a todos la importancia de creer en los sueños y Michelle Yeoh, quien ha reivindicado la igualdad de oportunidades para las mujeres y los mayores de edad y ha demostrado que nunca es tarde para conseguir lo que uno desea.
Para terminar solo me queda dedicar las reflexiones de este post a mi hijo Aitor (en la foto de portada) quien es el niño más amoroso, valiente, inteligente, lleno de energía, sueños e ilusión que he conocido. Es un orgullo verle crecer día a día convirtiéndose en una persona de bien. Como padre está el enseñarle la perseverancia y resiliencia, y las enseñanzas de este post.
